25 octubre 2006
Hasta hoy nunca había dado mi opinión sobre cuestiones políticas, pero hoy no puedo resistirme.
No puedo resistirme por varios motivos, uno porque no me parece justo que los medios cuenten las verdades dependiendo del color que defiendan o les convengan porque confunde a los lectores y otro porque necesito expresar mi opinión personal como persona que vio directamente lo que ocurrió.
El pasado sábado se celebró el congreso insular de Coalición Canaria en Gran Canaria.
En este congreso Jose Carlos Mauricio fue elegido por la mayoría de los compromisarios como nuevo presidente de este partido en Gran Canaria.
De forma silenciosa, como para pillar por sorpresa se presentó a la mesa una candidatura alternativa cuyo cabeza es un director general de nuestro actual gobierno.
Es de justicia poder presentar alternativas y hacer maniobras para obtener los apoyos personales de los votantes. Esto entra en el juego democrático de nuestra política.
Pero tengo que decir, que la postura allí adoptada de salir de la sala cuando no obtuvieron los suficientes votos para desbancar a Mauricio, me parece una pataleta de niño consentido y maleducado, más propia de una de nuestras hijas que de una persona adulta que debe admitir, tolerar y respetar el perder en una apuesta.
Si a todo esto añadimos que la persona que sufre este ataque de falta de respeto ocupa un puesto al servicio de la sociedad como es una dirección general bajo un amparo democrático con nuestros dineros públicos, pues entonces la desilusión por nuestros dirigentes aumenta en progresión geométrica.
Señores gobernantes, no solo tienen que parecer buenos, tienen que serlo para merecer toda nuestra confianza.
En fin, que necesitamos que nos dirijan personas con más tolerancia, atención a la diversidad y respeto.
Hasta hoy nunca había dado mi opinión sobre cuestiones políticas, pero hoy no puedo resistirme.
No puedo resistirme por varios motivos, uno porque no me parece justo que los medios cuenten las verdades dependiendo del color que defiendan o les convengan porque confunde a los lectores y otro porque necesito expresar mi opinión personal como persona que vio directamente lo que ocurrió.
El pasado sábado se celebró el congreso insular de Coalición Canaria en Gran Canaria.
En este congreso Jose Carlos Mauricio fue elegido por la mayoría de los compromisarios como nuevo presidente de este partido en Gran Canaria.
De forma silenciosa, como para pillar por sorpresa se presentó a la mesa una candidatura alternativa cuyo cabeza es un director general de nuestro actual gobierno.
Es de justicia poder presentar alternativas y hacer maniobras para obtener los apoyos personales de los votantes. Esto entra en el juego democrático de nuestra política.
Pero tengo que decir, que la postura allí adoptada de salir de la sala cuando no obtuvieron los suficientes votos para desbancar a Mauricio, me parece una pataleta de niño consentido y maleducado, más propia de una de nuestras hijas que de una persona adulta que debe admitir, tolerar y respetar el perder en una apuesta.
Si a todo esto añadimos que la persona que sufre este ataque de falta de respeto ocupa un puesto al servicio de la sociedad como es una dirección general bajo un amparo democrático con nuestros dineros públicos, pues entonces la desilusión por nuestros dirigentes aumenta en progresión geométrica.
Señores gobernantes, no solo tienen que parecer buenos, tienen que serlo para merecer toda nuestra confianza.
En fin, que necesitamos que nos dirijan personas con más tolerancia, atención a la diversidad y respeto.
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