lunes, 8 de octubre de 2007

10 octubre Dia Mundial Salud Mental

El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora todos los 10 de octubre, con una campaña que busca concentrar la atención mundial en la identificación, tratamiento y prevención de algún trastorno emocional o de conducta destacado para ese año.
Este año se dedica el día a la salud mental transcultural en un mundo en cambio.
El Día Mundial de la Salud Mental se crea para alertar del abandono y el rechazo de estos enfermos. Los familiares aprovechan este día para reclamar más medios y coordinación.
Nuestra sociedad limita a los familiares a buscar ayuda, de la misma manera que lo haría por una apendicitis o cáncer, muchas veces por vergüenza. Sin embargo, también es lamentable como las políticas de salud y la formación de los profesionales de la salud, no visualizan al enfermo como prioridad de atención y si se le brinda no es de la calidad que merece, desvalorizan a la persona y es motivo de burla o vergüenza. No se atiende integralmente para la prevención.
La mitad de los españoles sufrirá en algún momento de su vida un trastorno mental. Algunos médicos aseguran que será la enfermedad del siglo XXI mucho más importante que el cáncer.
La enfermedad mental es en estos momentos la segunda causa de dependencia en España. Por eso, hacen falta plazas residenciales de larga estancia para aquellas personas diagnosticadas con males duraderos.
Se debe promover un cambio en la mentalidad y actitud de la población hacia este colectivo que rompa la estigmatización, la discriminación y el aislamiento debidos al padecer un trastorno mental.
El lema del año 2007 para este día es “La salud mental transcultural en un mundo cambiante” se trata de ver el impacto de la cultura y la diversidad en el tratamiento de la enfermedad mental.
Hay más personas viviendo fuera de su país de origen que en ningún otro momento de la historia. Una persona cada 35 es un inmigrante internacional.
En el mundo actual podemos encontrar idiomas, religiones, relaciones familiares y valores dramáticamente diferentes, así como cuidados y tratamientos de la salud distintos dondequiera que estemos. Una mujer, profesional de la salud mental nacida y entrenada en Alemania puede trabajar y tratar a un paciente español¿Cómo se comunican y como pueden ver los dos la misma enfermedad mental?
La cultura puede influenciar muchos aspectos de la salud mental, incluyendo las formas de comunicación y como manifiestan los síntomas los individuos de una cierta cultura, sus estilos para arreglar situaciones, los soportes familiares y comunitarios y su voluntad para buscar tratamiento.
En 2007 estamos ante el umbral de un verdadero siglo global. Personas formalmente distantes compiten ahora por los mismos recursos mientras luchan por mantener sus propias culturas o adecuarse dentro de otras nuevas.
Velo si velo no en las aulas de nuestros adolescentes crean nuevos traumas mentales que antes no teníamos.
Pero lo verdaderamente importante para muchos es que los servicios de salud doten a las unidades de salud mental con más personal preparado y suficiente para poder atender a las miles de personas que en un futuro muy próximo necesitarán estos servicios como quien va a curarse una gripe. Necesitamos socialmente ver que el siquiatra es un médico especialista más que entra a formar parte de nuestras vidas sin que suponga un motivo más para ocultarlo por burlas o vergüenzas.
Mañana puede que necesites tú este servicio y no puedas pagar una media de 60 euros por hora para ser atendido debidamente.

martes, 2 de octubre de 2007

Azafrán es más que un color

Hoy quiero recordar a esos monjes budistas vestidos de naranja, azafrán o canelo, según la luz, que siempre pasean entre sus monasterios contagiando una calma de espíritu que te hace volar a ese otro mundo espiritual donde no existen palabras estridentes ni actos violentos, donde todo esta en calma.
Y quiero recordarlos por la ultima brutal represión de las fuerzas de seguridad birmanas contra las protestas pacíficas iniciadas por los monjes budistas que ha causado al menos 16 muertos, 200 heridos y más de 1.200 detenciones, siempre según las fuentes que en muchos casos no son verdaderas.
Birmania es un país al sudeste asiático que limita con China, Tailandia India, Bangladesh y Laos. Está gobernado por los militares desde hace 45 años y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió ante la Liga Nacional Democrática, no convenció el resultado y se arrestaron a los líderes opositores, ahí está, ¿no se andan con chiquitas eh?
Las últimas manifestaciones en Birmania comenzaron el 19 de agosto en respuesta a las subidas de los precios de los combustibles que subieron un 500%, lo que conlleva una subida en la comida y demás componentes vitales, el 17 de septiembre los monjes budistas se pusieron al frente de las protestas, dando el nombre de la revolución del azafrán, tras vencer el plazo dado al Gobierno para disculparse con el monacato por golpear bonzos en las movilizaciones. A las protestas de los monjes se unieron miles de personas y se llegaron a formar marchas pacíficas de más de 300.000 manifestantes en todo el país, hasta que comenzaron las represiones, han cercado y aislado los monasterios y reforzado la seguridad en toda la ciudad con mas de 20.000 soldados.
Ya se ha mandado un representante de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se ha puesto en contacto con la líder del movimiento democrático que lleva en arresto domiciliario más de 12 años, imagínense, y con el jefe de la Junta Militar, para tratar de que ponga fin a la violenta represión de las manifestaciones antigubernamentales.
Esperemos que las movilizaciones actuales logren suficiente fuerza como para conducir a Birmania a una verdadera apertura democrática, es decir la caída del régimen, el desarrollo de todas las libertades democráticas sin excepción, elecciones libres, la libertad de los presos políticos y propuestas económicas que permitan un mejor nivel de vida al conjunto de la población.
Todas estas medidas supondrían una esperanza que además tendría indudables repercusiones positivas en sus vecinos igualmente expoliados, pero hay tantos intereses por medio que no va a ser una tarea fácil, desde aquí les mando un beso muy fuerte a mis amigos color azafrán por salir de sus monasterios para defender una injusticia social, abriendo las puertas a la perspectiva de una vida mejor para millones de personas.
Sigo pensando que tenemos suerte de haber nacido aquí.